Por Miguel Ángel Martín, Columnista de Sixers.com
Los Sixers lograron vencer de manera contundente a los Hawks en el State Farm Arena de Atlanta (127-111), logrando de este modo recuperar la ventaja de campo, que se perdió al caer en el primer juego de la serie, disputado en el Sur de Philadelphia.
Un gran resultado, un poco empañado por la lesión de Danny Green, y viendo como en determinados momentos de la segunda mitad, Joel Embiid se tocaba la rodilla, viendo si se resentía el dolor en ella, o solo era fruto de algún lance del juego.
Con un pabellón entregado a sus colores, lo cierto es que los Sixers no dieron opción alguna a los locales, que se vieron superados en todo momento por Philadelphia. Gran labor de equipo, que ya vencía a Atlanta por 28-20 tras el primer periodo (en donde vimos la lesión de Danny Green, que se retiraba a vestuarios). Una ventaja que apenas se redujo al descanso, con un parcial de 33-36 favorable a los Hawks en el segundo periodo.
Pero fue ya en la segunda mitad cuando se produjo el punto de inflexión en el juego, y la ruptura del partido. Justamente cuando el resultado en el marcador reflejaba un 65-60 favorable a Philly (10:35 para el final del tercer periodo). Fue en esos primeros instantes después del descanso cuando los Sixers metieron la directa y colocaron la ventaja en veinte puntos, con tan solo un minuto por disputar del primer periodo (93-73).
A partir de ahí, un puro trámite en donde los Sixers y Hawks ya empezaron a pensar en el siguiente compromiso de la serie (próximo día 14 de junio), y con la ilusión puesta en que los chicos de Doc Rivers logren asestar el golpe definitivo a los Hawks, para regresar a unas finales de conferencia, veinte años después.
Joel Embiid volvió a ser el mejor del equipo, dejándose las grandes imágenes del encuentro, como alley-oop prodigioso, junto con Ben Simmons, que el camerunés culminó con una volcada asombrosa. Otros mates sensacionales y sus manos tocándose la rodilla, para probarse, también fueron imágenes que quedan para el recuerdo de este tercer juego de la serie.
Acabó con 34 minutos acumulados en pista, que aprovechó para anotar 27 puntos, con un 7-14 en tiros de campo, además de un 12-16 en tiros libres, a los que sumó 9 rebotes y 8 asistencias, quedándose a las puertas de un sensacional triple-doble, que sobre todo culminó con la victoria del equipo.
Tobias Harris secundó bien la ofensiva de nuestro center, con 22 puntos y un 10-16 en tiros de campo en 38 minutos en pista, sumando 8 rebotes y 5 asistencias. Buenos números, como también fueron buenos los números de Ben Simmons que sumó 18 puntos (7-11 en tiros de campo) y 4-8 en tiros libres, sumando 4 rebotes y 7 asistencias.
Ante la ausencia de Danny Green por lesión (apenas si puedo estar 4 minutos en pista), Seth Curry suplió su ausencia con 12 puntos y un 5-10 en tiros de campo, a los que se sumaton los 7 puntos de Matisse Thybulle (3-4 en tiros de campo), siendo el australiano el encargado de sustituirle cuando se tuvo que retirar Green.
Pero los mejores de la banca de los Sixers fueron una vez más Furkan Korkmaz (con 11 puntos en el primer periodo, acabando el juego con 14 puntos y un 4-9 en tiros de campo), además de Dwight Howard, muy fino en los minutos que estuvo en pista (13 minutos para 12 puntos y 6 rebotes).
En definitiva, unos sensacionales Sixers, que fueron muy superiores a Atlanta, colocando la serie 2-1 a su favor y con la sensación de tener controlada la serie, por las sensaciones transmitidas hasta el momento.
Pero no hay que olvidar que esto es al mejor de 7 juegos. Lo mencionamos en el primer juego, tras la victoria de Atlanta en casa de los Sixers, y se vuelve a decir ahora que la serie sonríe a Philadelphia.
Hasta pronto desde España.